domingo, 24 de enero de 2010

El Dr. Nematodo

La producción de plátano es una de las actividades agrícolas más importantes en las extensas regiones tropicales de nuestro país. Este fruto se caracteriza por su sabor agradable, es económico y aporta carbohidratos de fácil asimilación, además es fuente importante de magnesio. Las plantaciones de plátanos, al igual que muchas otras, son atacadas por distintos parásitos, uno de estos son los llamados nematodos.


Los nematodos son un grupo de animales con características muy particulares, su nombre significa “gusano redondo” y se debe a la forma cilíndrica que tiene su cuerpo, a diferencia de las lombrices de tierra que son los gusanos más conocidos, los nematodos no presentan un cuerpo anillado, es decir, la superficie de su piel es completamente lisa.


Hasta el día de hoy se han descrito 25 000 especies de nematodos, la mayoría son acuáticos, algunos son parásitos de plantas y animales y otros más son de vida libre. Sin embargo, algunos investigadores consideran que el número de especies total en nuestro planeta puede ascender a más de 5 millones. Se llegó a esta conclusión debido a que la mayoría de nematodos que se conocen son parásitos de especies importantes económicamente para los humanos o incluso a los mismos humanos.

En el caso de las plantas de plátano se han encontrado varias especies que habitan en el interior de su raíz, alimentándose de los productos de la fotosíntesis. Cuando el número de estos organismos sobrepasa cierto límite, la producción de frutos disminuye considerablemente, por eso es necesario conocer que especies pueden parasitar las raíces de estas plantas para poder eliminarlos.

Un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) realizaron un trabajo que tardó más de un año en su realización. Estos investigadores colectaron raíces de plátano de manera periódica durante un año en la región del Soconusco en Chiapas, para finalmente llegar a la conclusión de que existen 13 géneros de nematodos en las raíces de sus plantas. El número de géneros resulta ser mayor al encontrado en otras partes del mundo como África o el sur de Asia. También concluyen que la composición de especies no cambia con el tiempo, pero si el número de organismos.

Este tipo de trabajos resulta importante en un país como el nuestro en donde la actividad agrícola es una de las más importantes, además sirve como referencia para que personas en otras partes del mundo puedan mejorar sus condiciones de trabajo. A mayor producción mayor ganancia y mejor calidad de vida.

jueves, 7 de enero de 2010

Un círculo vicioso ambiental

Es por todos conocido que la humanidad presenta una crisis ambiental que amenaza terminar con la vida del planeta tal y como la conocemos. Algunos de estos problemas son el calentamiento global, el cambio climático, el adelgazamiento de la capa de ozono, la perdida de especies, entre otros. A pesar de la gravedad de estos problemas y de la enorme información disponible sobre sus casas y efectos, muchas personas continúan actuando como si estos asuntos no existieran. Continuamos en un círculo vicioso ambiental que tarde o temprano terminará por afectarnos a todos.
Una de las actividades que agrava más a los problemas ambientales es la pérdida de hábitat, es decir, el cambio en las condiciones bajo las cuales una comunidad de organismos se desarrolla de manera natural. La desforestación es el ejemplo más claro de la pérdida de hábitat. Si se tira un árbol no solo morirá el árbol, también lo harán las aves que tenían allí su nido, los animales que se alimentaban de sus frutos, los insectos que vivían debajo de su corteza y los hongos a los que estaban asociados.
En el Sistema Lagunar Teacapán – Agua brava ha sido documentado un caso de pérdida de hábitat por investigadores del Centro de Investigaciones en Alimentación y Desarrollo A. C. en Mazatlán, Sinaloa. El Sistema Lagunar Teacapán – Agua brava se localiza en las costas al norte del estado de Nayarit y sur del estado de Sinaloa y esta formado por una seria de lagunas costeras, marismas y esteros. Este sistema está dominado por manglares, es decir, bosques formados principalmente por mangles.
Los manglares son sistemas de alta productividad, proporcionan estabilidad a la línea de costa, forman una barrera de protección contra huracanes y oleaje alto. Los manglares son considerados como las guarderías del mar debido a que muchas especies de peces y otros organismos los habitan durante su estado larvario, protegiéndose de esta manera de los depredadores. Una de estas especies son los camarones, estos organismos altamente cotizados por sus propiedades alimenticias y sabor solo habitan en altamar durante su etapa adulta y buena parte de su vida transcurre en el manglar. Por lo tanto, la perdida de una porción de mangle, además de impactar al ambiente también golpea directamente a la economía, pues las pesquerías disminuyen su producción. La producción pesquera se ve disminuida ya que las larvas y los juveniles de especies comercialmente importantes como el camarón, se enfrentan a la disminución del espacio en donde desarrollarse y protegerse de los depredadores.
Otros efectos negativos de la pérdida de los manglares es el estado de vulnerabilidad al que se enfrentan las poblaciones costeras cuando se presentan fenómenos naturales como los huracanes y las marejadas. Al quitar los bosques de mangle se pierde una barrera natural que protege y estabiliza la línea de costa, por lo tanto los asentamientos humanos quedan a merced de las tormentas y tienden a inundarse fácilmente, provocando pérdida de vidas y daños materiales.
Según investigadores del Centro de Investigaciones en Alimentación y Desarrollo A. C en el Sistema Lagunar Teacapán – Agua brava, los bosques de mangle están siendo desplazados a una velocidad mayor que otros bosques del noroeste de país, aunque no aportan datos precisos de la velocidad de deforestación en otros sitios si realizan un minucioso análisis de los cambios que se presentan en el área que estudiaron. Entre otras causas la pérdida de hábitat provocada por la desaparición de los bosques de mangle se debe a la construcción de caminos, canales y principalmente a la aparición de granjas donde cultivan camarón.
A todas luces este es un círculo vicioso, al destruir el hábitat natural del camarón, es decir el bosque de mangle, esta especie no dispondrá de un sitio en donde sus larvas y juveniles se desarrollen, por lo tanto su población natural tenderá a disminuir, si la pesca en altamar disminuye lo más seguro es que su precio en el mercado aumente debido a la escasa oferta, de esta forma las granjas camaronícolas dispondrán de un amplio mercado ávido del consumo de sus productos, lo que generará que más personas y empresas construyan este tipo de granjas con la consecuente destrucción del hábitat.
Además en este círculo vicioso hay otras especies atrapadas, ya que los bosques de mangle son el hábitat natural para muchas otras especies de peces, aves, mamíferos, reptiles y una cantidad incuantificable de invertebrados.
Lo interesante de los círculos viciosos es la posibilidad de romperlos, sabemos que hay un problema muy claro, descrito por distintos investigadores y en su momento deberán encontrar la forma en la que convivan las granjas de cultivo de camarones y los mangles, de lo contrario en un futuro los únicos camarones que estarán disponibles para el consumo serán los cultivados y habremos perdido una gran cantidad de especies con todo y lo que esto implica.