miércoles, 25 de noviembre de 2009

Tortugas marinas

México es un país netamente marítimo, ya que del lado oriental colinda con el Océano Atlántico y del lado occidental se encuentra el Océano Pacífico. Estos dos océanos y la estructura geográfica de nuestro país, permiten que se formen varios golfos, tal es el caso del Golfo de México, el Golfo de California o Mar de Cortés, el Golfo de Tehuantepec y además colinda con el Mar Caribe. Como es fácil observar, nuestro país cuenta con abundantes recursos litorales y marítimos.

Uno de los resultados de esta condición privilegiada es que en las costas de nuestro país habitan una gran cantidad de plantas y animales, además, muchos de ellos viven solo en lugares muy específicos. Un grupo de estos animales son las tortugas marinas. En todo el mundo se han identificado 8 especies de tortugas marinas, de las cuales 7 anidan en las costas mexicanas.La única especie que no desova en territorio mexicano es la tortuga kikila, que habita en aguas australianas. La tortuga lora solo habita en territorio mexicano.

Las hembras de las tortugas regresan año con año a la misma playa para depositar sus huevos en un nido que ellas mismas cavan en la arena. Una vez que los huevos son depositados, la hembra tapa el nido y regresa al mar. Cuando las pequeñas tortugas se ha desarrollado y salen del cascarón, se abren paso por entre la arena y llegan al mar en donde se alimentarán y crecerán hasta convertirse en un adulto. Los machos nunca vuelven a la tierra firme, mientras que las hebras regresan año con año al mismo lugar donde nacieron para a su vez depositar sus propios huevos.

Los peligros a los que se enfrentan las tortugas desde que se encuentran en el cascarón son muchos, de tal suerte que una o dos tortugas de cada cien huevos depositados llegará a la etapa adulta. Algunos de los peligros a los que tienen que enfrentar son los animales que desentierran los huevos para devorarlos, los cangrejos, las aves y los mamíferos que las devoran una vez que salen del nido y en el mar hay muchos peces y otros animales que fácilmente devoran a las pequeñas crías.

El que un animal devore a otro para poder sobrevivir no es nada fuera del otro mundo, eso sucede todo el tiempo y es parte normal de las llamadas cadenas tróficas. Los verdaderos problemas comienzan, como siempre, con la intervención humana. Existen personas dedicadas a la venta de huevos de tortuga marina. Estos huevos tienen un gran mercado, ya que muchas personas los consumen por su sabor o por atribuirles propiedades medicinales. Las tortugas adultas también son capturadas con fines comerciales, algunas personas consumen sus aletas y otras aprovechan el caparazón para fabricar cosméticos, tal es el caso de la tortuga carey. Otra amenaza es la destrucción de sus hábitats, en México la proliferación de desarrollos turísticos ocasiona la desaparición o compactación de la arena en donde anidan, imposibilitando su desove. La introducción de especies extrañas como perros o palmeras significan serios problemas para las tortugas.

Tal vez el caso más alarmante es el de la tortuga laud, esta especie es la más grande de todas, pesando cerca de 900 kilos. Las poblaciones de esta tortuga han sido tan diezmadas que algunas personas piensan que solo quedan 500 ejemplares en las costas de México, situación que las empuja hacia la extinción total.

La explotación descontrolada de estos organismos y la destrucción de su hábitat ha generado una reducción de sus poblaciones a tal grado que algunas especies están consideradas al borde de la extinción y en algunos sitios estos organismos han desaparecido. Por tal motivo algunos organismos gubernamentales y ONG se han propuesto proteger a estos animales y evitar en la medida de lo posible su desaparición.

El gobierno de México en colaboración con las universidades, ha establecido 27 campamentos tortugueros en todo el país. La actividad de estos campamentos es colectar los huevos después de que son depositados en la arena, transportarlos a un sitio seguro en donde estén protegidos de la acción de los depredadores naturales y de los humanos, una vez que las tortugas han salido del cascarón deben transportarlas de regreso a la playa en donde la hembra depositó los huevos originalmente para que las hembras regresen al mismo lugar en donde fueron liberadas.

Estos campamentos también deben llevar registros de los huevos que son transportados y realizar actividades de educación ambiental. Sin embargo, aún falta mucho por hacer.


Las aletas de las tortugas son empleadas para fabricar artículo de piel, su carne es consumida por muchas personas, los huevos tienen gran demanda por su sabor y con los caparazones se fabrican cosméticos. A todo lo anterior hay que sumarle la perdida de su hábitat debido a la construcción de desarrollos turísticos y viviendas.

Todas las personas pueden contribuir a conservar a estos organismos, no consuman productos derivados de tortugas marinas, visita campamentos tortugueros y participa en sus actividades de educación, comenta con tus familiares sobre estos temas y sobre la importancia de conservar a estos simpáticos animalitos.

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